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Un mundo maravilloso…

… es una cena elegante. Con muchos diplomáticos, empresarios y demás crema, nata y requesón de la sociedad. También está el Presidente y está listo para dar un anuncio. Pero no como cualquiera. Se trata del que tantos otros gobernantes desearon (con más o menos ansias, qué se yo) pero que ninguno había podido pronunciar hasta ese día. Con voz segura, un semblante de orgullo y con un mensaje que deseaba ser escuchado desde varios siglos atrás. Las últimas palabras, después de toda la palabrería que siempre ha distinguido a nuestros sinceros políticos, son las más importantes. No se esperaba menos pues se trata de un gran anuncio: México ya es un país sin pobres.

Sin duda ese sería un mundo maravilloso… y ¿Sería realidad?

Una situación muy parecida es la se muestra en la película UN MUNDO MARAVILLOSO (de los mismos que hicieron la buenísima peli La Ley de Herodes). No es extraño para los habitantes de ese México de la pantalla ni para los que estamos de este lado que el informe no es más que un simple discurso con maquillaje (léase: lo de siempre). Humor, pobres, un presidente del banco de México en aprietos y el pinche “Juan Pérez”, todo en una genial obra Mexicana (faltaba más).